A 10 años de su partida, rinden homenaje al legado de Guillermo Héctor Zúñiga Martínez.

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A 10 años de su partida, rinden homenaje al legado de Guillermo Héctor Zúñiga Martínez

Xalapa, Veracruz. — Este día se llevó a cabo un emotivo conversatorio para conmemorar el décimo aniversario luctuoso de Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, figura fundamental en la vida pública y educativa de Veracruz. El evento reunió a familiares, amigos, excolaboradores, personalidades del ámbito político y académico, así como a estudiantes formados en instituciones que llevan su sello.

La ceremonia, coordinada por Rafael Arias, contó con la participación de invitados como Jorge Lara de la Fraga, y fue un espacio no solo de recuerdo, sino de reflexión sobre lo que significa construir instituciones desde la vocación de servicio.

Durante el acto, su hijo Americo Zuñiga, tomó la palabra para compartir una profunda reflexión sobre el legado de su padre: “Hablar de Guillermo Zúñiga es hablar de más de 50 años dedicados no solo a la educación, sino a la creación de instituciones. Él no venía a administrar lo que ya existía, venía a transformar.” Mencionó que muchas de las instituciones educativas clave del estado —como la UPAV, el COBAEV y la Universidad Pedagógica Veracruzana— fueron impulsadas por su visión.

Uno de los momentos más significativos del evento fue el anuncio de la creación del Instituto Guillermo Héctor Zúñiga Martínez, una asociación civil que buscará recuperar la práctica de la oratoria, la formación política con principios y la defensa de las instituciones educativas. “Queremos que este instituto promueva el pensamiento crítico, la participación ciudadana, y una nueva forma de entender la política: como vocación, no como botín”, se dijo durante la presentación.

Se subrayó que en tiempos de incertidumbre política y debilitamiento institucional, la obra de Zúñiga cobra aún más valor. “Necesitamos más personas que construyan, y menos personas que destruyan lo que con tanto esfuerzo se ha levantado.”

Finalmente, el evento cerró con un mensaje claro: el legado de Guillermo Zúñiga no solo pertenece al pasado, sino que sigue vivo en cada aula, en cada maestro formado bajo su influencia, y en cada espacio educativo que alguna vez imaginó como vehículo de transformación.