El Panorama del Dr.
Joaquín Rosendo Guzmán Avilés
Tuve la oportunidad de ver el debate organizado por Radio Fórmula, donde invitaron a los tres aspirantes a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PAN: Adriana Dávila, Jorge Romero y Damián Zepeda. Durante este debate, no solo presentaron sus propuestas, sino que también abordaron los problemas que enfrenta el partido, como la necesidad de retomar la doctrina y principios del Partido Acción Nacional.
En esta entrevista, los aspirantes reconocieron la crisis que atraviesa no solo el PAN, sino toda la oposición, especialmente tras los resultados catastróficos del pasado 2 de junio, donde los dirigentes del partido no hicieron nada por atender las necesidades de la ciudadanía.
Es momento de poner fin a las malas prácticas que no contribuyen en nada, debemos tomarnos en serio el trabajo dentro del partido y asegurarnos de que quienes ocupen cargos se dediquen exclusivamente a ellos. Esto permitirá una mayor claridad sobre lo que se necesita internamente para reconstruirnos y tomar las mejores decisiones, logrando así mejores resultados en futuros procesos electorales.
Como bien señala Adriana Dávila, no se trata de reinventarse, sino de respetar nuestros estatutos. En ellos reside la esencia del partido, no debemos olvidar los motivos por los que fue creado: luchar por las causas de la sociedad y no por los intereses de los grupos internos.
Damián Zepeda mencionó que es momento de que el PAN, se abra a la sociedad y trabaje de la mano con los ciudadanos que desean ser escuchados, algo que actualmente no sucede bajo la dirigencia de Marko Cortés y coincido con esta visión.
Y tiene razón la ciudadanía debe participar, pero antes de que eso ocurra, es necesario que el partido regrese a la militancia, el control debe estar en manos de los miembros del partido, no en la de los dirigentes o líderes que actúan como si fueran los propietarios de un partido que, en esencia, es de los ciudadanos.
Adriana Dávila también tiene razón al señalar que muchos militantes panistas no participaron como representantes de casilla en el pasado proceso electoral porque no se les invitó a elegir a su candidato, lo que generó un sentimiento de olvido y desinterés por parte de sus representantes, que resultó en una desconexión y falta de compromiso.
Es evidente que en el PAN ya no puede existir la asignación directa, ya que solo beneficia a los amigos y cercanos, como lo ha hecho la mano de Marko Cortés que ha incurrido en casos de amiguismos en los Comités Directivos Estatales.
No se deben tomar decisiones de forma unilateral; es esencial considerar y escuchar a la militancia, solo así podremos discutir, debatir y criticar incluso las mejores decisiones, con el fin de recuperar la esencia del PAN.
Así que, para acabar con estas malas prácticas, se debe considerar la propuesta de Damián Zepeda de realizar una gira por el país para que la militancia conozca a los aspirantes a dirigirlos y puedan votar por ellos con conocimiento de causa.
En esta línea, también es positiva la propuesta de Jorge Romero de realizar una Asamblea Nacional Extraordinaria para permitir que los militantes elijan a su dirigente de forma abierta y democrática, eliminando la asignación directa de candidaturas.
El PAN no puede seguir por el mismo rumbo, es necesario que respete la democracia y los liderazgos reales, promuevan desde el interior una transformación que elimine los grupos de poder, las familias y los apellidos que actualmente dominan el partido.
Solo así, los verdaderos panistas, los de a pie podrán sentirse representados y a gusto con sus dirigentes, acompañados de la sociedad, para que juntos construyan una vida ordenada y mejor para todos.
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